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FinTech y el trading de caballos


Nos quedamos de ver en Eje 6 y Periférico y de ahí partimos a la aventura. El destino, ir a comer con unos amigos al Ajusco. Imaginamos sería una tarde como tantas otras…


Nos dejamos llevar por Waze® ya que no teníamos idea a dónde nos dirigíamos. Poco a poco la vista fue cambiando, las avenidas repletas de carros cambiaron a calles solitarias, estrechas y sospechosas, en donde ni los perros callejeros reconocían que un carro puede pasar, simplemente se quedaban en medio de la calle mirándonos como intrusos en su territorio. El camino fue todo un reto y pronosticaba situaciones al menos interesantes, por ejemplo, que el coche no subía pendientes casi verticales que nunca hubiésemos imaginado que existían: claramente, éramos víctimas de la tecnología. Waze® debería advertir algo así como ¿usted quiere llegar rápido? ¿o quiere llegar?… Justo en medio del rappel automotriz al que fuimos sometidos, nuestros amigos nos enviaron el siguiente mensaje:


“si tienes duda, miedo o algo por el estilo nos llamas, no temas el camino podría parecer solitario jejejek”…

conclusión, ya no era una tarde como tantas otras.


Después de un buen susto, llegamos a la carretera a Santo Tomás Ajusco, el panorama cambió completamente… Imagina una mezcla de cielo limpio y abierto, montañas de fondo, vegetación prominente, verdes intensos, caballos, fresas, olor a carbón de la comida corrida, un lugar en donde todos se conocen y son amigos (todo esto aún dentro de la ciudad). Santo Tomás Ajusco es un pueblo al sur de la CDMX, dentro de la delegación Tlalpan. A pesar de ser parte de la ciudad, tiene muchos elementos que te hacen sentir en la tranquilidad de un pequeño pueblito de provincia.


Durante la cena, nuestros amigos nos platicaron de ciertas tradiciones como el desfile del 16 de septiembre, el cual nos fue descrito de tal modo, que en el 2018 definitivamente lo iremos a ver. En diciembre tienen una fiesta que dura una semana entera, con conciertos, espectáculos, mariachi…


Además, nos encontramos con un sentido de comunidad y pertenencia desconocido para nosotros los defeños. En Santo Tomás de Ajusco nadie cierra su puerta, la gente se conoce perfecto y se cuidan unos a otros. Los vecinos, están al pendiente de todo lo que uno hace y todos saben quién entra y sale del pueblo, cualquier ajeno a la comunidad se convierte en el tema del día. Si se es una o un joven solter@, también se convierte en prospecto casadero y sujeto a recibir una dote generosa, para cualquiera de los múltiples sobrin@s, prim@s o cualquier pariente en edad de merecer. Las casas se quedan abiertas y es cuestión de educación no ponerle seguro al coche.


Es un pueblo MUY pudiente: muchos de sus habitantes son dueños de hectáreas alrededor, hacen trading con caballos y/o tienen ranchos productivos. La forma de hacer transacciones aquí es a través del efectivo, ya sea para comprar los famosos panqués de queso del Ajusco o un rancho. Hay únicamente tres negocios que reciben tarjetas de crédito en el lugar: un negocio de ropa, una repostería y una gasolinera. Es muy difícil conseguir señal de celular y la conexión a internet es sumamente lenta. En suma un lugar perfecto para disfrutar de una buena plática y desconectarse del ajetreo de la ciudad, así como enamorarse de un cielo lleno de estrellas.


La cena, la compañía y las anécdotas estuvieron increíbles, pero como todo lo bueno, tenía que terminar. Regresamos alrededor de la una de la mañana y geeks como somos, nos preguntamos si FinTech podría generar un impacto positivo en este mágico lugar y cuál sería el efecto. ¿Podrían las tecnologías financieras mejorar la calidad de vida de las personas? O ¿serían un estorbo para la vida diaria?


En la Ciudad, frecuentemente organizamos y acudimos a foros donde expertos en temas FinTech, es decir en finanzas y tecnología, llenan sus ponencias con conceptos como efectos red, transferencia de la riqueza, masificación de medios de pago electrónicos, bancarización, crowdfunding, blockchain, wallets y todo en aras de la inclusión financiera que según nosotros generará desarrollo económico, lo que sea que esto signifique.


Se antoja extraño que Santo Tomas Ajusco, estando tan cerca de la ciudad, a su vez esté tan lejos del epicentro tecnológico, su avance financiero y los problemas que FinTech trata de resolver. Te preguntarás de qué hablamos: En la cena, nos contaron de un miembro de la comunidad que se dedica a la compra venta de autos usados y que, ante el asombro de nuestros amigos (defeños, por supuesto) y con la mano en la cintura, se fue a meter a Neza cargando toneladas de efectivo…


Ante lo anterior, y suponiendo que podemos resolver el tema de infraestructura correspondiente, el cual permita que Santo Tomás tenga una red de internet decente, podríamos pensar que FinTech es la gran solución. Incluso FinTech, podría establecer un escenario más seguro para este intrépido personaje y todos los habitantes de Santo Tomás que se aventuren a actividades similares, aunque podríamos correr el riesgo de que al interior de la comunidad se generen malentendidos tecnológicos.


En un contexto como el anterior, en donde todo funciona a través de la confianza y el conocimiento entre sus habitantes, como en Santo Tomás, ¿realmente es necesario llevarlos a nuestra “modernidad”? Y en su caso, ¿cómo llevarlos sin generar el individualismo egoísta en el que estamos sumergidos? ¿Valdrá la pena?


¿Tú, qué opinas?


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Nos encantará conocer tus comentarios.


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Artículo co-escrito por María Morfín y Carlos David Valderrama Narváez. Todos los derechos reservados®.


El uso de las marcas de Waze Mobile Limited, así como la foto tomada por Tobias Keller, contenidas en el presente artículo, son propiedad de dichos terceros y se usan únicamente para efectos meramente ilustrativos.


Agradecemos los valiosos comentarios de Gabriela Andrade Gorab.


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Acerca de los autores:


María Morfín, entusiasta del potencial que tiene la tecnología para servir a la humanidad. Trabaja para la Asociación de Plataformas de Fondeo Colectivo A.C. (AFICO) en México, donde se reúnen y autorregulan las principales plataformas de Crowdfunding en el país.



Carlos David Valderrama Narváez, cuenta con más de 10 años de intensa practica profesional, participando activamente en el desarrollo del ecosistema emprendedor FinTech en México.


Es Licenciado en Derecho y cuenta con una Maestría en Derecho de la Empresa, Summa Cum Laude, por la Universidad Panamericana, así como diversos posgrados como Management Program for Lawyers en Yale School of Management, Derecho Bancario y Financiero, Tecnologías de Información y Disrupción Financiera en el ITAM, FinTech Business Model en la Universidad Anáhuac del Sur, entre otros.


Como parte de su experiencia profesional ha participado en el consejo de administración de sociedades financieras reguladas, así como en la construcción y mantenimiento regulatorio de diversos proyectos FinTech en las áreas de AML, Big Data, Blockchain, entre otros.


Actualmente es Socio Administrador de Legal Paradox, S.C., Co-Fundador / CEO de HyperBlock y Superconnector del Capitulo México de LegalBlock.


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